A los hermanos presbíteros y diáconos,

A los consagrados y consagradas

A todos los laicos de nuestras comunidades

¡Paz y alegría en el Señor!

                Recorriendo el Año Mariano Nacional los obispos del Noroeste Argentino nos hemos reunido en Santa María, Prelatura de Cafayate (Catamarca) para rezar y reflexionar juntos y abrirnos a la voz del Espíritu, quien nos conduce en nuestra misión de Pastores del Pueblo de Dios.

                En el centro de nuestro trabajo estuvo la cuestión de nuestro servicio pastoral. Con los sacerdotes, hermanos y colaboradores, queremos servir al Pueblo Santo de Dios y abrirnos en disponibilidad misionera a todos los hombres y mujeres que comparten con nosotros esta querida región.

                Las necesidades aumentan y los obreros somos pocos. Necesitamos fortalecer un clima vocacional en nuestras comunidades que ayude a los jóvenes a descubrir el sentido de su existencia y a entregarse audazmente en favor de los hermanos. Pedimos a todas nuestras comunidades que incorporen a su oración la súplica por las vocaciones sacerdotales y religiosas uniéndonos al Papa que nos lo encomendó en este Año Mariano y animamos a nuestros jóvenes a vencer el temor ante la llamada del Señor: Él no quita nada y lo da todo.

                Las necesidades aumentan. Nuestra región comprende once Iglesias particulares. Algunas de ellas experimentan con dolor la falta de sacerdotes y de agentes de pastoral. La prelatura de Humahuaca tiene seis parroquias sin presbítero, la diòcesis de Santiago de Estero otras tantas, Añatuya necesita cubrir cinco parroquias, Orán cuatro parroquias y Concepción de Tucumán tres. Compartimos nuestra preocupación con todos ustedes, hermanos queridos, y confiamos a la oración de cada comunidad diocesana esta necesidad. Animamos a los agentes pastorales a escuchar la llamada de los hermanos como Pablo escuchó al macedonio que lo llamaba; “Ven y ayúdanos” (Hch 16,9).

                Confiamos a Nuestra Señora del Valle esta necesidad mientras agradecemos a todos ustedes el testimonio de su fe y de su compromiso de discípulos misioneros. Cordialmente,

                                                                              Los obispos del NOA

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