Se realizó la Jornada Arquidiocesana de Formación Pastoral en el Colegio Santa Rosa de Viterbo, con el objetivo de escucharnos y avanzar en el discernimiento de la Voluntad de Dios sobre nuestra Iglesia particular de Salta. Asimismo, se avanzó en el estudio del Camino Pastoral Arquidiocesano.
Los temas fueron Discernimiento y Sinodalidad, a cargo de Mons. Mario Cargnello; Iniciación a la Vida Cristiana, a cargo del Pbro. Lic. Javier Mamani y Misión, cargo del Lic. Miguel López Mena.
EL DISCERNIMIENTO
En textos del Magisterio del Papa Francisco
«El Papa Francisco nos llama, desde el comienzo de su pontificado, a vivir una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría del Evangelio (Evangelii Gaudium – EG – 1).
Inmersos
-en la cultura contemporánea, llamada líquida
– en la dictadura del relativismo tan bien presentada por el Papa Benito XVI
– en la disolución de los vínculos y las instituciones que sostienen nuestra identidad: la familia, el barrio, la escuela.
Tenemos necesidad de discernimiento, don que hay que pedir. «Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos en marionetas a merced de las tendencias del momento (Gaudete et Exsultate, -GE – 167)
1. Es necesario aprender a discernir
a. En los momentos importantes o «extraordinarios»
– Frente a la seducción de la imaginación o a la tentación del inmovilismo,
– Examinando el interior (deseos, angustias, temores, búsquedas) y el exterior (los signos de los tiempos),
b. En lo cotidiano para buscar la voluntad de Dios para mí (nosotros) aquí y ahora. (GE 168)1
2. A la luz del Señor.
El discernimiento es un instrumento de lucha para seguir al Señor,
– Reconociendo los tiempos de Dios y de su gracia,
– No desperdiciando las inspiraciones del Señor,
– No dejando pasar su invitación a crecer.
Se trata de:
– Saber descubrir a Dios en lo pequeño,
– Ser magnánimos,
– En el hoy de nuestras vidas,
– Necesidad del examen de conciencia diario
– No quedarnos en las solas buenas intenciones. (GE 169)
3. El discernimiento es un don, una gracia …
– Recibe el aporte de las sabidurías humanas,
– Las trasciende
Se trata de entrever el misterio del proyecto único e irrepetible que Dios tiene para cada uno y que se realiza en medio de los más variados contextos y límites. Está en juego el sentido de mi vida ante el Padre que me conoce y me ama, el verdadero para qué de mi existencia que nadie conoce mejor que Él. El discernimiento me conduce a la fuente de la vida.
Es imprescindible el silencio de la oración detenida para percibir, interpretar, calmar, recomponer el conjunto de la propia existencia a la luz de Dios. (GE 170-171)
4. . .. que requiere partir de una disposición a escuchar: al Señor, a los demás, a la realidad misma que siempre nos desafía de maneras nuevas. Sólo quien está dispuesto a escuchar es capaz de recorrer el camino de la libertad de espíritu. Esto implica:
– Obediencia al Evangelio, al Magisterio2, al hoy del Resucitado. Únicamente el Espíritu sabe penetrar en los pliegues más oscuros de la realidad y tener en cuenta todos sus matices, para que emerja con otra luz la novedad del Evangelio.
– Educarse en la paciencia de Dios y en sus tiempos, que nunca son los nuestros.
– Requiere generosidad (No se discierne para descubrir qué más le podemos sacar a esta vida, sino para reconocer cómo podemos cumplir mejor esa misión que se nos ha confiado en el bautismo, y eso implica estar dispuestos a renuncias hasta darlo todo). (GE 172-174)
5. El discernimiento no es un autoanálisis ensimismado.
– Abarca todas las dimensiones de la vida personal y social: «Una auténtica fe -que nunca es cómoda e individualista-siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto y amamos la humanidad que lo habita» (EG 183)
– Supone pedir al Espíritu Santo el don de la libertad y de la parresía; Él plenifica nuestras vidas.
– Nos impulsa a salir de nosotros mismos hacia el misterio de Dios y el servicio a los hermanos. (GE 175).
– Tenemos necesidad de un guía, de un acompañante. «En una civilización paradójicamente herida de anonimato … , la Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro cuantas veces sea necesario … Tenemos que darle a nuestro caminar el ritmo sanador de la projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana» (EG 169, cfr. 170-173).
6. El discernimiento es una tarea personal y comunitaria.
– En el discernimiento comunitario se hace evidente el camino de la sinodalidad.
Mario Cargnello
4 de junio de 2019
1 En el capítulo 11 de Evangelii Gaudium el Papa Francisco ofrece unas pistas para un discernimiento evangélico (SO). Presenta algunos desafíos del mundo actual (52-75): Señala cuatro iNo! a una economía de la exclusión, a la nueva idolatría del dinero, a un dinero que gobierna en lugar de servir, a la inequidad que genera violencia, Muestra algunos desafíos culturales: la indiferencia relativista, la cultura del aparecer, la proliferación de nuevos movimientos religiosos, la desorientación generalizada, la pérdida de la confiabilidad de la Iglesia, la crisis de la familia. Advierte acerca de los desafíos de la inculturación de la fe y de los que presentan las culturas urbanas. En un segundo momento advierte sobre las tentaciones de los agentes pastorales señalando pistas para reconocerlas, luchar contra ellas, y superarlas (76-109)
2 Es importante tener presente el horizonte que el Papa Francisco nos señala citando a San Juan Pablo II: «es necesario mantener viva la solicitud por el anuncio a los que están alejados de Cristo, porque ésta es la tarea primordial de la Iglesia … la causa misionera ha de ser la primera … la salida misionera es el paradigma de toda la Iglesia» (cfr. EG 15). Cfr. EG 31: «El obispo debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana».