Constituye un regalo de la Divina Providencia la visita a Salta de las reliquias de nuestros Santos Patronos, los Apóstoles Felipe y Santiago. Agradecemos a los Padres Franciscanos Recoletos de la Iglesia de los Doce Apóstoles en Roma, custodia de los cuerpos de los elegidos de Jesús, este gesto de comunión misionera, de generosidad eclesial y de apoyo apostólico. Lo hacemos en las personas de Fray Agnello y Fray Simone quienes traen las reliquias desde la Sede del Papa. Agradecemos especialmente al Papa Francisco que ha autorizado la donación de dos reliquias para nuestra Catedral.
Nuestra Iglesia particular de Salta, envuelta en el clima del Milagro, abre su corazón al llamado del Señor. Experimentamos cercana la presencia de Jesús caminando por su tierra acompañados de los Doce, entre los que estaban Felipe y Santiago. Nos parece que las palabras de Jesús adquieren una fuerza y una actualidad particular para nosotros.
Como arquidiócesis experimentamos que lo conversado por el Señor Jesucristo con ellos es lo que conversa hoy con nosotros. Estemos atentos. Él está a la puerta y llama (Apoc 3,19), abramos pues las puertas de cada corazón, de cada hogar, de nuestras parroquias, de nuestra Iglesia que peregrina en Salta. Y escuchemos la voz del Señor que nos habla en este gesto de cercanía eclesial.
Que los hermanos peregrinos descubran en Felipe y Santiago a los caminantes que atravesaron con Jesús la Tierra Santa hacia Jerusalén y luego, siguiendo el mandato del Resucitado, se pusieron en marcha. Santiago murió en Jerusalén, despeñado, y luego apedreado y golpeado a palos; Felipe murió en Frigia donde anunció el Evangelio. Hoy, los restos pequeños de sus cuerpos, que nos acompañan, nos invitan a buscar intensamente a Jesús y a entregarnos sirviendo a nuestros hermanos.
Que todos experimentemos en este gesto de la divina Providencia un paso del Espíritu que haga crecer en nosotros en deseo de ver a Jesús, el rostro humano del Padre, de cultivar la amistad con Él, de asentar dicha amistad en el corazón de su Iglesia, que vive sobre el fundamento de los Apóstoles. La visita de las reliquias de los santos Apóstoles nos anime a descubrirnos profundamente Iglesia de Jesús, “una, santa, católica y apostólica” como afirmamos en el Credo.
Que podamos experimentar este acontecimiento como un renovado llamado a la santidad. Brille así la Resurrección de Jesús en nuestra vida, como los rayos de la imagen del Señor del Milagro y nos acompañe María del Milagro como a los Apóstoles en Pentecostés.
Mario Cargnello
Arzobispo de Salta
Setiembre de 2019