16 de abril de 2021
439° aniversario de la fundación de Salta
Invocación religiosa
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Señor Dios Nuestro,
Creador del Universo, Padre de la Humanidad y Señor de la historia.
En el arcano de tu corazón, dispusiste que nuestra querida ciudad de Salta,
naciera a la historia un día como hoy, hace 439 años.
Te damos gracias por iluminar y fortalecer a nuestros fundadores
que enfrentaron esta empresa con audacia y valor.
Los primeros ciudadanos eligieron como Patronos de esta comunidad
a tus Apóstoles Felipe y Santiago,
a ellos confiaron sus vidas y sus bienes, sus familias y el futuro.
Desde ellos surgió una misión para los ciudadanos de Salta,
misión que está escrita en el corazón de los habitantes
y en la identidad de este pueblo.
De Felipe heredamos la marca de un llamado que no calla jamás
a ser familia de hermanos convencidos de tener el mismo Padre.
Es él quien pidió a Jesucristo: “Muéstranos al Padre”.
Por ello Salta no puede ignorar este compromiso de ser
una ciudad que cultiva la fraternidad, esa que nace de la amistad social
cultivada como una cuestión de estilo y de honor.
Hoy, Señor, necesitamos asumir el desafío de vencer todo tipo de exclusión.
Nos duelen los asentamientos, los barrios poblados por niños sin familia,
por jóvenes sin esperanzas, por ancianos abandonados.
Nos duelen los pobres usados con finalidades políticas,
los sectores que no pueden alcanzar salud o educación de calidad.
Te agradecemos porque son muchos los ciudadanos que dan lo mejor de sí
para enfrentar y superar estas y otras dificultades humanas.
Te agradecemos por los médicos y personal sanitario que diariamente luchan para vencer la pandemia y todo tipo de enfermedad.
Te agradecemos por los maestros y personal de la educación
que asumen con responsabilidad su compromiso de formar personas y ciudadanos responsables, con clara vocación docente.
Ellos son los que ofrecen los pocos panes y peces para que un compromiso
honesto de parte de todos los ciudadanos,
alimente la esperanza de un posible mañana mejor.
Felipe nos enseña también que hemos de aprender a compartir el pan.
La riqueza cultural y creyente de Salta
es un bien que necesita ser comprendido.
Que seamos generosos en el ofrecerla a todos.
Santiago es el maestro de una fe que se expresa en las obras.
Por ello su enseñanza se convierte en un examen de conciencia
respecto a nuestro compromiso ciudadano solidario.
La pandemia profundiza nuestras preguntas y cuestiona la verdad de nuestras afirmaciones.
estamos en la misma barca, nos necesitamos unos a otros.
Ayúdanos a cultivar la amistad social, fuente de una valoración auténtica del otro,
motor que integra a todos los que van enriqueciendo a esta Salta
con su variedad de culturas, de religiones, de miradas.
Debemos aprender a aceptar a los demás,
sin diferencias, sin grietas, sin discriminaciones,
agradecidos por ser hijos de esta tierra,
comprometidos con su presente,
anunciadores de un futuro mejor.
Ayúdanos, Señor. Amén.
Padre nuestro….